Basura


Basurales de Santiago

Vecinos invasores

Pilar Figueroa y Andrés Zollner no son ni parientes, ni amigos, ni conocidos. Sólo sufren el mismo problema: vivir al lado de un vertedero.
Malos olores, basura en la puerta de sus casas, surgimiento de más y nuevas enfermedades; es lo que estas personas y sus vecinos deben soportar.

Son las 8 AM en la Villa el Maite, en las afueras de Maipú; Pilar Figueroa se levanta, se ducha y prepara su desayuno. Intenta abrir la ventana para tomar aire pero es imposible. Esa noche, al menos cinco camiones de basura pasaron por fuera de su casa, dejando mal olor y uno que otro desperdicio. A parte, el “aroma” del vertedero Santiago Poniente, que se encuentra a 5 minutos de donde ella vive, no desaparece en ningún momento del día. Luego de desayunar, Pilar sale y recoge la basura que se les cayó a los camiones para poder mantener el sector un poco más limpio. “La vida en la población es casi insoportable, todo el día el aire es irrespirable, los niños no pueden ni salir a jugar”, cuenta Pilar.

Por la noche, unos kilómetros más al sur, en el Valle Triunfador de la comuna de San Bernardo, Andrés Zollner llega a su parcela, se sirve un café y, en vez de tomárselo disfrutando de la naturaleza, debe quedarse en su pieza, pues, el olor del Vertedero Santa Marta, que está a sólo dos kilómetros de su casa, es insoportable.

“Me da pena llegar a mi casa y tener que encerrarme, me costó tener mi parcela. Este es un lugar de bien y lo echaron a perder de un día para otro”, dice Andrés. Psicólogo de profesión, por años encabezó la oposición ciudadana contra el relleno; “es muy difícil lograr algo, porque son empresas muy poderosas

Promesas y más promesas

Según los vecinos de “Santiago Poniente” y Santa Marta”, las empresas encargadas de los vertederos les presentaron unos proyectos en los que les prometían una serie de cosas que no se cumplieron, como la seguridad para el barrio, aire limpio, aguas limpias y poco ruido en el sector.

“Cuando instalaron el vertedero vinieron de la municipalidad (de Maipú) junto con la empresa encargada y presentaron el proyecto, dijeron que todo era de última generación y que no íbamos ni a sentir los olores” dice Pilar, “de hecho yo era parte de un comité de seguimiento del vertedero que encabezaba la CONAMA (Comisión Nacional del Medio Ambiente), pero como empecé a reclamar cuando los camiones pasaban con la basura justo por en medio de la villa y dejaban todo cochino, me sacaron”.

“Para entrar a Santa Marta debían hacer caminos alternativos para los camiones que pasarían con basura, pero de eso han pasado cuatro años y todo sigue igual, los camiones pasan frente a mi casa y nadie hace nada”, agrega Andrés.

Un problema más grave

Marcela González es la secretaria ejecutiva de la Comisión del Medio Ambiente de la comuna de Maipú, y reconoce que la gente se ha acercado a la municipalidad por un aumento en los problemas médicos. “La comunidad se ha quejado de dolores de cabeza y bronquitis, pero no hay nada comprobado científicamente, porque para eso se necesitarían recursos para una investigación profunda”.

Pero Pilar, que es técnico en enfermería y trabaja en el consultorio de la Villa el Maite, con la llegada del vertedero atiende todos los días a más personas de su barrio. “La gente presenta infecciones a la piel que no habíamos tenido antes del basural, además de conjuntivitis y asma; pero lo peor son los niños, que se enferman mucho más fácil ya que están en contacto con la basura cuando salen a jugar, pero no tenemos los recursos para juntar los casos y hacer una investigación de cuánta gente se ha enfermado por esta razón”.

No es la primera vez que pasa

El ex gobernador de la región del Maipo y actual Concejal de la Comuna de San Bernardo don Germán Venegas, reconoce que los problemas con los vertederos existen desde mucho antes. “En esta comuna estaba el vertedero de Lepanto, que nació para recibir a sólo 10 comunas, pero terminó recibiendo la basura de casi 36 comunas de la zona central. Éste se cerró porque la gente sufría del olor y de la infección de las napas subterráneas (que es la muerte del piso fértil y la infección del mismo) a 2 kilómetros a la redonda”.


Nuevos horizontes

En Italia la basura es quemada, y si bien afecta a la calidad del aire, la ubicación estratégica de las plantas aminora el daño y se deshacen casi totalmente de la basura. En Francia el reciclaje disminuye en casi un 50% la cantidad de basura que va a parar a los vertederos. Entonces, ¿qué pasa que todavía no tratamos la basura como los europeos?

Según Venegas el tema pasa por otra cosa, “Quemar la basura es más que viable si ponemos una planta en las afueras de la ciudad o en los barrios industriales; reciclar la basura también es posible si el gobierno impulsara campañas de reciclaje en la TV y en la Radio a nivel nacional o por lo menos en la RM. La gente poco a poco podría culturizarse y así bajar la cantidad de basura en los vertederos, pero resulta que el negocio de la basura es una mina de oro y los empresarios del rubro no van a estar dispuestos a perder más de 2000 millones de pesos por comuna al año, por lo que no van a dejar que las cosas cambien tan rápido”.

“No nos queda otra que aguantar y tratar de vivir lo mejor que se pueda, tener gatos para que luchen contra los ratones, comprarse bueno aerosoles y esperar a que alguien vele por nosotros. Uno trata de pelear pero a veces no se puede, es todo un problema político, el gobierno no interviene, y eso da para imaginarse cosas” termina Andrés

Comentarios

Esteban Salinero ha dicho que…
buena crónica... pondré su sitio en mis links de arquetipos y esplendores.
Un beso
e.

Entradas populares